Aumentando tu efectividad con EFT, parte 17.
¿Sentiste alguna vez que tus sesiones de EFT finalizaban un poco abruptamente al quedarte sin tiempo? Existen dos modos «gentiles» de finalizar una sesión de EFT, y se denominan «Huir Sigilosamente» y «La Técnica del Recipiente Seguro». Hoy hablaré acerca del segundo de ellos.
«La Técnica del Recipiente Seguro» es una técnica que conviene utilizar al finalizar la sesión cuando la intensidad emocional displacentera que siente tu cliente en ese momento es mayor a 3, y/o cuando su sistema nervioso se encuentra desregulado, en «modo supervivencia».
El propósito de «La Técnica del Recipiente Seguro» es el siguiente:
- Reconocer que algunas de las cuestiones que emergieron durante la sesión no terminaron de ser procesadas (esto lo haces mientras haces tapping en el costado de la mano).
- Plantear que todo eso será puesto en un recipiente seguro que elija tu cliente.
- Mencionar que se siente a salvo dejándolo allí durante todo el tiempo que sea necesario, como para poder finalizar la sesión, y tal vez continuar trabajando en eso más adelante.
- Opcionalmente: puedes establecer la intención que sin que sea necesario pensar en eso conscientemente, el contenido del recipiente continuará siendo sanado o procesado.
Veamos un posible ejemplo:
- Mientras hacemos tapping en el costado de la mano: “Aunque surgieron cuestiones que todavía no han sido procesadas, elijo ponerlas en este cofre metálico, que tiene una cerradura dorada, y se encuentra ubicado en un castillo lejano en Europa. Me siento bien dejándolo ahí todo el tiempo que haga falta. Y establezco la intención de que continúe siendo sanado y procesado sin necesidad de pensar conscientemente en ello”.
- Arriba de la cabeza: Y me siento a salvo dejándolo ahí todo el tiempo que sea necesario.
- Comienzo de la ceja: En este cofre metálico que tiene una cerradura dorada.
- Costado del ojo: Que se encuentra ubicado en un castillo lejano en Europa.
- Bajo el ojo: Y establezco la intención de que continúe siendo sanado y procesado sin necesidad de pensar conscientemente en ello.
- Bajo la nariz: Y me siento bien finalizando la sesión ahora.
- Bajo el labio: Está bien dejar este cofre metálico en ese lejano castillo europeo todo el tiempo que sea necesario.
- Clavícula/cerca del cuello: Puedo continuar trabajando en eso más adelante, si así lo deseo.
- Bajo la axila: Y me siento bien finalizando la sesión ahora.
Como de costumbre, chequea que tu cliente esté de acuerdo con las palabras utilizadas. Y recuerda que es tu cliente quien debe elegir qué tipo de recipiente quiere utilizar y dónde le gustaría que esté ubicado. Al preguntarles esto último, suelo decir algo así como: «Algunas personas prefieren que el recipiente se encuentre muy lejos, como por ejemplo en la luna o en otro continente, mientras que otras personas eligen una ubicación más cercana, como por ejemplo el placard de su dormitorio o el patio trasero de su casa. Puedes elegir la opción que más te guste».
Ahora bien, tal vez hayas notado que esta técnica se llama igual que una de las Técnicas Gentiles que describí en la Parte 9 de esta serie de artículos. ¿En qué se diferencian entonces? Cuando usas la Técnica del Recipiente Seguro para trabajar un recuerdo, sólo colocas dentro un recuerdo por vez, y luego haces varias rondas de tapping, modificando las palabras de acuerdo a cómo tu cliente vaya imaginando el recipiente luego de cada ronda. Mientras que cuando la utilizas al finalizar una sesión, puedes colocar dentro del recipiente todo aquello que haya surgido en la sesión que haya quedado sin resolver, y sólo haces una ronda de tapping, como para contenerlo en el recipiente. No estás trabajando el recuerdo, sino alojándolo temporalmente en una ubicación segura.
Pues aquí va una pauta importante: Puedes usar la Técnica del Recipiente Seguro que describo en este artículo para alojar algo que tal vez surja al comienzo o en el medio de la sesión, que por algún motivo tu cliente prefiere no abordar y/o tú consideras que no es el momento adecuado para hacerlo (tal vez porque es la primera sesión que tienes con él, y preferirías trabajar sólo eventos recientes o futuros, que suele ser una opción más segura y más propia de la atención informada sobre el trauma). Ahora bien, no importa el momento de la sesión en que utilices esta técnica, te recomiendo que antes de usarla intentes asegurarte que el sistema nervioso de tu cliente se encuentre en un estado no muy desregulado.
¿A qué me refiero con esto? Sobre todo teniendo en cuenta que al comienzo de este artículo escribí que esta técnica conviene utilizarla «al finalizar la sesión cuando la intensidad emocional displacentera que siente tu cliente en ese momento es mayor a 3, y/o cuando su sistema nervioso se encuentra desregulado». Bien, si tu cliente se encuentra desbordado emocionalmente, te sugiero primero hacer algunas rondas de tapping sin palabras o de «EFT para Orientarnos» (que describí en la parte 10 de esta serie de artículos) como para que pueda volver a sentirse relativamente calmado/a, y recién ahí procedería a utilizar la Técnica del Recipiente Seguro. De lo contrario, probablemente no funcione muy bien. Y además tu cliente podría sentir que le estás pidiendo que reprima sus emociones.
Siempre, en la medida que se pueda, debemos buscar que al momento de finalizar la sesión, el sistema nervioso de nuestro cliente se encuentre relativamente calmado, relajado y regulado (lo que se conoce como «estado del nervio vago ventral», en la teoría polivagal). Puede pasar que luego de utilizar la Técnica del Recipiente Seguro tu cliente parezca todavía estar sintiéndose mal, es decir con su sistema nervioso algo desregulado. En este caso, podrías entonces hacer algunas rondas más de EFT para Orientarnos y/o hacer tapping mientras le pides que piense en algo que hoy en día lo haga sentir bien. O incluso puedes preguntarle si le gustaría imaginar que coloca el recipiente que eligió dentro de otro recipiente aún más seguro.
Entonces, en síntesis, «La Técnica del Recipiente Seguro» es un modo de finalizar la sesión cuando observas que la intensidad emocional displacentera en ese momento es mayor a 3 y/o que tu cliente parece estar sintiéndose relativamente mal. En este caso lo que haría primero es hacer algunas rondas de EFT para Orientarnos como para ayudar a que su sistema nervioso esté un poco más regulado, y luego le preguntaría si le gustaría imaginar un Recipiente Seguro en el que colocar todo aquello que surgió hoy que todavía tiene intensidad emocional displacentera. Le pediría entonces que describa dicho recipiente y dónde le gustaría que se encuentre ubicado, y haríamos entonces una ronda de tapping describiéndolo y afirmando que puede dejarlo allí todo el tiempo que sea necesario.
Eso es todo por hoy. Espero que este artículo te haya sido de ayuda. Me llamo Bruno Sade y soy practicante certificado de EFT, así como también psicólogo matriculado en Argentina. Utilizo EFT como herramienta para ayudar a las personas (que hablan inglés o español) a cambiar sus reacciones emocionales negativas.
Me encantaría saber: ¿Qué opinas acerca de “La Técnica del Recipiente Seguro”? ¿Sueles utilizarlo? Me encantaría que lo escribas en la sección de comentarios. Y recuerda que si quieres puedes clickear en mi perfil y poner «seguir», como para recibir una notificación cada vez que publico un nuevo artículo.